calabaza

calabaza

 

calabaza puede adquirirse todo el año, pero en invierno es cuando aparecen las denominadas calabazas de invierno con una piel más dura y un color más intenso y, por ello, su sabor y aroma son muchos mejores.

Esta hortaliza se puede mantener tres o cuatro meses después de la cosecha, siempre que se mantenga intacta, en un lugar fresco y seco y preferentemente con el pedúnculo.

Sólo en el caso de cortarla debemos colocarla en la nevera e, incluso, podemos congelarla (para ello, debemos cortarla en trozos o cubos, hervirlos tres minutos, secarlos con un poco de papel y colocarlos en una bolsa de plástico bien cerrada y sin aire).

Propiedades curativas
Para la función visual
Los colores característicos de la calabaza se deben a la. presencia de unos pigmentos denominados carotenos. Parte de estos compuestos se transforman en vitamina A, también denominada retinol. Esta vitamina es esencial para el mantenimiento de la visión, especialmente de la retina. De hecho, la vitamina se llama retinol por el importante papel en la formación y funcionamiento de la retina del ojo.

Además de la vista, el retinol es imprescindible para el buen funcionamiento de las defensas y el mantenimiento de una buena piel.

A parte de estas funciones, hace ya algunos años que diversos estudios científicos están trabajando en las propiedades antioxidantes de los carotenoides, así como en su eficacia en la prevención de ciertas enfermedades, como la aterosclerosis o el cáncer. Este hecho ha conllevado a un interés creciente por estos pigmentos y su inclusión en nuevos alimentos.

Diversas publicaciones científicas indican que las semillas de las diferentes calabazas son ricas en proteínas de buena calidad, vitamina E, calcio, potasio, fósforo, magnesio, hierro y zinc. Igualmente, tienen una grasa esencial, el ácido linoléico, beneficioso para combatir la enfermedad cardiovascular.

Las semillas se pueden incorporar a nuestra alimentación como aperitivo al natural o estadas (mejor sin sal}. Para ello, se deben lavar bien, secarlas en un poco de papel, llevar al horno alrededor de unos 40 minutos teniendo el cuidado de removerlas de vez en cuando para uniformizar ei tostado. Una vez preparadas de esta manera las podremos incluir en ensaladas o bien acompañado una salsa para un plato de carne o de pasta.

Rica en micronutrientes
Lo que hace la calabaza especial frente a las demás hortalizas es su colorido que puede variar entre el amarillo y el naranja. Contiene igualmente una cantidad importante de fibra; es insoluble y se caracteriza por fomentar la velocidad del tránsito intestinal, por lo que tiene efectos laxantes.

Además, la calabaza destaca por ser una hortaliza rica en minerales como el calcio, el potasio y el magnesio. Precisamente, al ser una hortaliza rica en potasio y muy baja en sodio, se aconseja especialmente en los menús de aquellas personas con la tensión arterial alta por facilitar la disminución de sodio en el organismo.

Contiene calcio
La calabaza es muy utilizada por las personas vegetarianas, ya que, por ejemplo, un puré de calabaza (400 gramos) tiene la misma cantidad de calcio que medio vaso de leche (100 metros). Sin embargo, sus semillas son aún más utihzadas por este colectivo, ya que son ricas en nutrientes típicamente presentes en alimentos de origen animal; es muy frecuente ver los platos de menús vegetarianos salpicados con semillas de calabaza.

Receta con calabaza
A continuación una receta saludable con calabaza.

Pastel de calabaza
Raciones: 4 personas
Nivel calórico: 230 kcal/ración

Ingredientes
500 g de calabaza madura
1 base de bizcocho
20 g de gelatina
2 cucharadas de azúcar
Canela en polvo
Nuez moscada
1 cucharada de miel
Sal y clavo molido

Pelar la calabaza, eliminar los filamentos, cortar en trozos y poner a hervir con abundante agua y una pizca de sal hasta que esté bien tierna. Escurrir, colocar en un recipiente y triturar la pulpa.

Añadir la miel, las especias y el azúcar. Mezclar bien. En un bol aparte disolver, siguiendo las instrucciones del envase, la gelatina. Luego, adicionar a la mezcla.

Meter el bizcocho dentro del molde que vayas a usar y verter la preparación anterior. Conservra en la nevera hasta que cuaje, entre 3 y 4 horas, y luego desmolda. Si se prefiere, adornar con nata montada.