El pie de león

El pie de león

 

El pie de león también recibe el nombre de alquimilla debido a la he­rencia que lleva consigo tras haber sido la planta predilecta de los alquimistas. Estos le atribuyeron cualidades mági­cas y la usaban en los compuestos que tenían que llevarlos al descubrimiento de la piedra filosofal.

La razón de por qué aquellos sabios hombres se inte­resaron por esta planta aparentemente humilde reside en sus innumerables virtudes.

Florece a partir de mayo pero, ya que la raíz es especialmente activa, la recogeremos al principio del otoño. Contiene gran cantidad de materias tánicas y de ácido salicílico, además de fitosterina. La alquimilla (prefiero llamarla así), conocida vulgarmente como pie de león, nos puede resul­tar útil en casos de hemorragias, tras­tornos intestinales (sobre todo dia­rreas), retención de líquidos y obesidad.

Constituye un buen tónico recons­tituyente y estimula la actividad gás­trica. Es gran amiga de las mujeres, re­sultando útil en casos de leucorrea, dolores uterinos, vértigos durante la gravidez y eventuales lesiones post­parto. Se encuentra entre los más po­derosos astringentes y cicatrizantes conocidos en el mundo vegetal.

Andrés de Laguna, célebre médico del Renacimiento, recomendaba esta planta para uso externo (en bañó de asiento) a las mujeres que querían vol­ver a recuperar su virginidad y a quien quería volver a tener pechos «como manzanitas».

Afortunadamente, en nuestros días podemos sonreír a la vista de este con­sejo, pero nos hace reflexionar sobre el increíble poder cicatrizante de la planta, que puede sernos útil de ver­dad para reafirmar y tonificar las par­tes del cuerpo cuyos tejidos están em­pezando a aflojarse (pecho, muslos, cara).

En uso externo, su cocimiento sirve para cicatrizar llagas y heridas; actúa como antiinflamatorio y resulta bené­fico para curar conjuntivitis e infeccio­nes externas del aparato genital.

Infusión
Una cucharada rasa de planta, raíz incluida, por taza de agua. 2 tazas al día.

Cataplasma de planta fresca:
Cada 10 minutos. Para detener la san­gre o cicatrizar heridas.

Cocimiento:
Dos manojos de planta por litro de agua. En uso ex­terno para lavar llagas, heridas e infla­maciones.

Baños de asiento:
Cien gr por li­tro de agua. Hervir durante 10 minu­tos.

Colirio:
50 gr por litro de agua en infusión.